Hoy 29 de Julio se celebra el Día de Santa Marta:

(antiguamente con el adjetivo “virgen”, hoy eliminado), y de ella se reza el oficio de Santas Mujeres. Sus atributos más comunes son el acetre e hisopo de agua bendita, el dragón (en Filipinas es un cocodrilo, por un milagro local), una lanza que termina en cruz, la antorcha (la luz de la fe), el libro (los evangelios), y en ocasiones un cesto o bandeja con frutos, en recuerdo de sus hospitalidad. Es patrona de las amas de casa, la hostelería, contra los maridos infieles y difíciles. Hay sitios donde se acostumbra a poner en la boca del dragón, dentro del acetre o a los pies de Marta un papel con el nombre de los hombres rebeldes.
Hermana de María y Lázaro, a quien Jesús resucito. Cuando hospedó a Jesús en su casa de Betania, se esforzó en servirle lo mejor que pudo. Su culto ha ido derivando en una serie de supersticiones más o menos constantes: Amansa o aleja a los maridos, siempre concede lo que se pide pero a cambio quita algo, es una santa triste que concede, pero hace sufrir... y dos o tres más. De hecho su conocida oración es una amalgama de frases supersticiosas y de origen desconocido. Nuestra fe católica nos enseña que ningún santo "cobra" por interceder ante Dios, primeramente porque no necesita nada nuestro, que bien poco podemos ofrecerle. Esa creencia está arraigada, no solo con Santa Marta, sino con Santa Rita (22 de mayo) o Santa Elena (18 de agosto). De Santa Marta, lo único que se puede afirmar con certeza es que era una mujer de fe, cercana a Jesucristo. De la boca del Evangelista Juan pone una de las declaraciones de fe más grandes del Evangelio “Yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios”